Durante los últimos meses hemos asistido a una rápida propagación del COVID-19, una enfermedad que ha provocado lo que parecía imposible: el confinamiento de millones de personas en sus hogares y un completo aislamiento de la naturaleza, lo que puede tener efectos negativos en las personas, especialmente en su estado de ánimo.
Este impacto se conoce como “Trastorno por déficit de naturaleza” (TDN), que hace referencia a un conjunto de problemas que encuentran su origen en una escasa relación con nuestro entorno natural.
Falta de concentración, ansiedad, estrés o irritabilidad son los principales síntomas que se asocian con la desconexión con la naturaleza
Los efectos del entorno en el estado de ánimo son de sobra conocidos. Por ejemplo, una buena calidad del aire y temperaturas suaves suponen un aumento de nuestro humor y desahogo. Además, según un estudio realizado por la Universidad de Sydney, la utilización de plantas en espacios cerrados puede disminuir hasta un 58% la depresión y un 37% la ansiedad. En esta misma línea, nuestro estado de ánimo y nivel de productividad se ven potenciados mediante el uso de luz natural, tal y como afirma el profesor asociado de la Escuela de Medicina de Harvard, el Dr. Steven Lockley.
El término “Trastorno por déficit de naturaleza” lo acuñó Richard Louv en el año 2005 en su libro “El último niño de los bosques». Actualmente, numerosos profesionales y centros están investigando el trastorno por déficit de naturaleza, como es el caso de José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) que estudia este trastorno.
Gracias a la tecnología es posible visitar en primera persona los jardines más famosos del mundo o escuchar los sonidos de la naturaleza
Algunos de los efectos que se asocian al TDN son la falta de concentración, la ansiedad, el estrés y la irritabilidad. En los niños, que actualmente no están asistiendo a clases, la falta de contacto con la naturaleza puede tener incluso mayor efecto, ya que se encuentran en plena etapa de desarrollo.
Fernando Pozuelo, director del estudio de paisajismo Fernando Pozuelo Landscaping Collection comenta: “Hasta hace relativamente poco era normal convivir con la naturaleza, pero cada vez más personas viven en grandes ciudades y aislados del mundo natural. Por eso, el trastorno por déficit de naturaleza es un fenómeno muy reciente por el que cada vez más profesionales se interesan. Lamentablemente, el COVID-19 ha llevado esta tendencia al extremo, por lo que existe el temor de que muchas más personas se vean afectadas mucho más rápido. Si queremos que nos afecte lo menos posible tenemos que esforzarnos en mantener ese vínculo gracias a los recursos que tenemos en casa que, paradójicamente, pasan por el uso de la tecnología y reflexionar sobre cómo solucionar esta tendencia en el futuro”.
Conectar con la naturaleza desde casa
Para procurar minimizar estos efectos negativos durante el tiempo que dure esta situación, podemos optar por intentar estar cerca de la naturaleza dentro de las limitaciones que supone estar en casa gracias al uso de la tecnología.
Escuchar sonidos que emulan la naturaleza ayudará a nuestra mente a desconectar y aumentará nuestra capacidad de relajación. En la red podemos podemos encontrar una gran cantidad de sonidos y canciones que emulan la naturaleza en un gran número de aplicaciones como Youtube o Spotify. También podemos conocer los parques y jardines nacionales más relevantes sin salir de casa gracias a plataformas como Vivir los parques,de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos.
Además, herramientas como Google Maps nos permiten visitar virtualmente algunos de los parques y jardines más populares dentro de nuestras fronteras y en todo el mundo, ya que podemos verlos en primera persona gracias a las imágenes en 360º de Street View: el parque del Retiro, los jardines del Generalife o los Jardines de Sabatini, en España, losjardines de Butchart, en Canadá, el jardín botánico tropical de nong nooch, en Tailandia, los jardines del palacio de Versalles o los jardines Claude Monet en Francia, los jardines de Keukenhof, en Holanda, los jardines de la Villa d’Este, en Italia, los jardines de Suzhou, en China o Central Park, en EEUU.
Mejorar la presencia de la naturaleza en el hogar
Esta situación excepcional ha puesto de manifiesto que los hogares de la mayoría de las personas no están pensados para conectar con la naturaleza. Este problema se podría solucionar mediante la aplicación del diseño biofílico, una corriente que apuesta por acercar la naturaleza a zonas urbanas o espacios interiores, a través de la inclusión de elementos naturales o que nos evoquen a ella a través de formas, texturas o colores.
Con el objetivo de ayudar a las personas que estén sufriendo el trastorno por déficit de naturaleza y cuyos hogares no cuenten con presencia de naturaleza, el estudio de paisajismo de Fernando Pozuelo Landscaping Collection ha anunciado una iniciativa pro bono para realizar un pequeño estudio biofílico de manera gratuita a todos aquellos que lo deseen para que puedan adaptar su hogar en cuanto les sea posible, no solo para zonas interiores, sino también para terrazas, azoteas, porches o jardines. Para ello sólo es necesario enviar documentación (fotografías, vídeos, esquemas, planos -cuanto más mejor-) del espacio del que se desee obtener el estudio al correo [email protected]
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