La propagación del COVID-19 a lo largo de todo el mundo ha supuesto una crisis sanitaria y social global. Los gobiernos de todas las naciones están desarrollando e implantando políticas para frenar la curva de expansión del virus, especialmente desde que el pasado 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo calificara de pandemia.

En circunstancias de crisis como la actual, el «valor del dato» es indiscutible. Cada país u organización tiene en su poder un volumen ingente de información que está, además, en constante actualización. A gran escala, esto refleja cómo se encuentra el territorio, su sociedad y su economía, pero también les permite saber detalles más concretos sobre la situación de su sistema sanitario, el abastecimiento de los supermercados o el número de pasajeros que día a día utiliza la red de transporte. 

La analítica de datos hace que la información recabada por los gobiernos y organizaciones gubernamentales estatales, europeas y globales cobre sentido:

  • Permite una mejora en la toma de decisiones al dar la posibilidad de tener una visión simplificada de un gran volumen de datos para crear patrones, extraer conclusiones o ver tendencias.

Por ejemplo, con la herramienta SAS Viya se están analizando los datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud para representar de una forma visual la evolución del COVID-19, con el objetivo de crear conciencia, comprender su impacto y ayudar en los esfuerzos de prevención.

  • Gracias a la analítica avanzada, la sociedad puede tener en su mano información condensada y simplificada que, de otra forma, sería más difícil de divulgar y comprender.